Aquí hay duendes

Una insistente tirantez eleva el bolígrafo. Erecto, desliza su punta húmeda sobre el papel, provocando oleadas de mágico placer. Debo confesarlo: he comenzado a fantasear con esos dibujos. Los visualizo una y otra vez, recorro sus formas y, mientras acaricio sus colores, ellas me susurran sus historias al oído. Un escalofrío me recorre de pies... Continue Reading →

Tendré una hija que se llamará Nora y se parecerá a su padre. Me lo dijo ella misma a través de las estrellas. Lo dejaré todo para cuidarla mientras me recupero de las secuelas del embarazo. Poco a poco, me reincorporaré al trabajo. Pero será en un lugar distinto al anterior y me sentiré más... Continue Reading →

De masajes y finales felices

Al primer contacto con el agua, conseguí olvidarme del techo blanco y la lámpara fluorescente. Escuché cómo abría un bote de plástico y mis fosas nasales se embriagaron del olor a manzana sintética del champú. Entonces comenzó a masajearme el cuero cabelludo, suave y uniformemente, haciendo mucha espuma, sin prisa, sin pausa, trasladando aquella sensación... Continue Reading →

El hastío del autómata

Suena el despertador. Lo para. Salta de la cama al baño. Se pone la ropa que hay preparada en una silla, se sirve una taza de café y se lo bebe de un trago mientras mete el táper del día en su cartera y agarra las llaves del coche. Todavía no ha despegado del todo... Continue Reading →

Miércoles: Apocalipsis

La cucharilla del café comenzó a vibrar en la taza vacía. Levanté los ojos de la pantalla del ordenador, buscando la causa. Asombrosamente, nadie más en la oficina parecía percibir ese temblor. Una sombra cruzó la ventana. El cielo había oscurecido: ¡el pico de la catedral de Barcelona estaba en llamas! Quise levantarme, pero la... Continue Reading →

La doncella rescatada: origen (I)

Timonius se despertó con el gruñido de sus propias tripas. Estiró su cuello cuan largo era hasta llegar a clavarse el cuerno en el techo de su guarida. Con una pereza infinita salió del agujero de madera donde vivía, en el gigantesco tronco de un castaño centenario, y trepó las ramas para otear el horizonte.... Continue Reading →

El coleccionista de ojos (fragmento)

El calendario de pared de Edgar hacía buena cuenta de las noches de luna llena. Esos días preparaba excursiones nocturnas, trípode a cuestas y cámara en ristre, para captar la mejor perspectiva del satélite terrestre. Había llegado a hacer tres horas de coche buscando los mejores miradores, aquellos que le permitieran estar más cerca y... Continue Reading →

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